Resumen del ride por nuestro corresponsal en la zona, Ale:
Después de una pequeña tertulia decidimos enrumbarnos hacia la zona de Ciudad Colón, entramos por las famosas panzas, pero aquí hicimos un pequeño cambio; decidimos seguir por San Bosco, un caserío de por ahí, para pasar por el río. Que buena pasada esa, oigan unos guindos que no era jugando la cosa, a más de uno se le frunció el asterisco.
Ya superado este obstáculo, continuamos y viene lo bueno; los trepones duros, casi intransitables en algunas partes y pedaleables en otras, aquí cada uno haciendo lo propio, y como dijo Svein "uyyy quién puso esta cuesta aquí". Logramos salir casi a lo más alto de la panzas, en este punto ya más de uno venía con la lengua afuera, no era para menos con semejantes cuestas.
Ya reagrupados seguimos para salir al Alto de los Indios, aquí la primera parada oficial, como siempre la coca y las galletas no pueden faltar, aquí el Negro y Luis deciden abortar la misión por problemas mecánicos en la flamante Specialized Hot Rock XC 520 turbo-oxigenada.
Y ahora sí es cierto que viene lo bueno de verdad, la subida hacia Pabellones, oigan es un solo trepón, que no hay descanso y entre más le haciamos, más rudo se ponía, y para terminarla de hacer se le reventó la cadena a Adán, diay no hubo más que poner al Pepe a jugar de mecánico. Mientras esto sucedia, Mena, Kenneth y Roberto jalaron, los demás a esperar en el famoso palo encebado a los resagados, aquí Pepe jaló sólo, los demás a ritmo y a pata, no quedó de otra con semejantes paredes, hasta que al fín logramos llegar a la cumbre, ahora sí, de un sólo cuerazo hasta Pabellones, según nosotros ahí nos estaban esperando los compas, pero que va, Mena y Pepe habían jalado, de todas maneras el playito de Pepe andaba desesperado por llegar temprano a la casa, me imagino que la doña se lo advierto "lo dejo salir, pero me llega temprano, porque si no, ya sabe lo que le pasa"...jajajaja. Los únicos que se quedaron fueron Roberto y Kenneth.
Ya reagrupados pasamos a disfrutar del estanque-piscina que hay ahí, y aprovechamos para almorzar. Casados, birras, gallos, refrescos naturales, que poco de muertos de hambre... Ya apretados, jalamos rumbo a Rancho Macho, y todo lo que sube tiene que bajar, que bajadotas más sabrosas, aquí sí es cierto que el que baja, baja, dicho sea de paso muy peligrosas y traicioneras, si no, que lo diga Max que venia con los frenos hasta la cebolla y aún asi cromó, y cómo dijo el nica "soltále los brekes... jodido"...jajaja. Veníamos en eso, cuando aparecen un par de doncellas a la vera del camino... oh sorpresa, una de ellas era la novia de Esteban, imagínensen besos y abrazos iban y venían, el compa se quedó con la mami y el resto continuamos. Ya en Río Oro de Santa Ana viene el asfalto y ahora sí se desató la jauría, todo mundo pegando pichazos, ya la historia estaba escrita, llegando a Heredia, cansados pero felices con 54 km en las piernas, y hasta la próx aventura ciclística.
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