Crónica de los lunes, veracidad garantizado por nuestro testigo en la zona, Ale
Como ya es costumbre la cita sabatina no se hizo esperar, mismo lugar, misma hora, llegamos 11 sabadomasoquistas dispuestos a sufrir con nuestras queridas cletas, llámese: Johnny, Pepe, Esteban, Roberto, Kenneth, Orozco, Luis, Máx, Juan Pablo, Mena, y este papucho. Cabe destacar que hubo algunas ausencias significativas; Svein andaba en un baby- shower abriendo regalos, Cristhian dizque tenía problemas gastrointestinales o sea cagado, Mperaza, según las malas lenguas lo vieron en solitario subiendo hacia San Isidro de Heredia, no sabemos si ya el grupo le quedó corto, o si prefiere la soledad y la paz en lugar de andar con este montón de malamanzados. Mauricio Gutiérrez parece que se le filtró una mala información, de que el ride iba a hacer de 100km, y el compa se nos asustó.A lo que vinimos, un ride que no hace mucho lo hicimos, pero para complacer a un nuevo integrante (Juan Pablo) y a Pepe que estaba de necio con ese ride, no quedó más que jalar hacia las antenas entrando por Salitral.
De Heredia a Santa Ana, sin novedad alguna, apenas para calentar piernas y tertuliar un rato, ahora sí, de Santa Ana a Matinilla pasando por Salitral puro asfalto, un solo trepón duro, aquí hicimos la 1 parada para abastecernos, en un arremedo de pulpería, algunos lograron comprar hidratante, porque solo como 4 habían, los demás a puro pan y agua. Después de esta tragedia, continuamos y empieza lo bueno, viene el lastre, viene los trepones de verdad, al principio algunos columpios, pero después del río, señores la cosa se pone color de hormiga, es una sola cuesta con mucha piedra suelta. De verdad que para mandársela toda hay que tener mucha pierna, mucho aire, y gozar de una excelente técnica, todos a ratos en cleta y a ratos a pata, solo hubo una excepción, Pepe se la mandó toda... que bárbaro, los demás haciendo lo que se podía, hasta alcanzar la cima, ya reagrupados, viene una sabrosa bajada hasta Bebedero, aquí la 2 parada técnica, nos sacamos el clavo, aquí sí había de todo y para todos.
Después de la apretada, de nuevo a la cleteada, otra espeluznante bajada hasta Escazú, de nuevo a reagruparnos porque no todos bajan igual, de aquí en adelante empiezan los vergazos. Con alguna excepción, el grupo se mantuvo compacto hasta la planta del AyA ubicada en San Antonio de Belén. Para salir de dicho lugar hay un trepón, algunos ya venían resentidos y se empezaron a quedar, me sorprendió ver a Máx jalando al grupo, pero aquí pasa algo curioso, algunos nos desviamos para pasar por enfrente de la Cruz Roja y los otros siguieron , pero no había motivo de preocupación porque al final llegabamos al mismo lugar, perooo.....sufrí un estallonazo, ni modo a cambiar neumático. Mientras esto sucedía, al compañero Orozco le dan ganas de hacer una necesidad fisiológica, no le quedó más que pedir el baño en la Cruz Roja, eso no es ninguna novedad, la novedad es que no había papel higiénico, no le quedó de otra que leer Al Día, ver las modelos y después usarlo como papel de baño. Imagínensen cómo le quedó el asterísco y sus alrededores...de colores. Como duró tanto, nosotros pensamos que mínimo le pusieron una lavativa...jajaja.
Después de superado estos inconvenientes, seguimos, para estas alturas ya el grupo se había fraccionado, quedándonos en la retaguardia Pepe, Juan Pablo, Orozco, Esteban, Mena y yo, ni modo subir a Heredia, y cuando ibamos llegando al Real Cariari, Mena sufre un desperfecto mecánico en su flamante Monock, la cleta se le quedó en neutro, algo le pasó al piñon, no hubo más que llamar la grúa a la casa, por dicha ya estabamos cerca, y los demás continuamos. Cabe destacar que Juan Pablo el compañero nuevo anduvo muy bien, como los grandes, en buena hora, ya la historia estaba escrita, llegando a Heredia semi cansados (que cabrón más rajón) pero felices con 55 km el las piernas y hasta la próx aventura ciclística.
Después de la apretada, de nuevo a la cleteada, otra espeluznante bajada hasta Escazú, de nuevo a reagruparnos porque no todos bajan igual, de aquí en adelante empiezan los vergazos. Con alguna excepción, el grupo se mantuvo compacto hasta la planta del AyA ubicada en San Antonio de Belén. Para salir de dicho lugar hay un trepón, algunos ya venían resentidos y se empezaron a quedar, me sorprendió ver a Máx jalando al grupo, pero aquí pasa algo curioso, algunos nos desviamos para pasar por enfrente de la Cruz Roja y los otros siguieron , pero no había motivo de preocupación porque al final llegabamos al mismo lugar, perooo.....sufrí un estallonazo, ni modo a cambiar neumático. Mientras esto sucedía, al compañero Orozco le dan ganas de hacer una necesidad fisiológica, no le quedó más que pedir el baño en la Cruz Roja, eso no es ninguna novedad, la novedad es que no había papel higiénico, no le quedó de otra que leer Al Día, ver las modelos y después usarlo como papel de baño. Imagínensen cómo le quedó el asterísco y sus alrededores...de colores. Como duró tanto, nosotros pensamos que mínimo le pusieron una lavativa...jajaja.
Después de superado estos inconvenientes, seguimos, para estas alturas ya el grupo se había fraccionado, quedándonos en la retaguardia Pepe, Juan Pablo, Orozco, Esteban, Mena y yo, ni modo subir a Heredia, y cuando ibamos llegando al Real Cariari, Mena sufre un desperfecto mecánico en su flamante Monock, la cleta se le quedó en neutro, algo le pasó al piñon, no hubo más que llamar la grúa a la casa, por dicha ya estabamos cerca, y los demás continuamos. Cabe destacar que Juan Pablo el compañero nuevo anduvo muy bien, como los grandes, en buena hora, ya la historia estaba escrita, llegando a Heredia semi cansados (que cabrón más rajón) pero felices con 55 km el las piernas y hasta la próx aventura ciclística.
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