Primero que nada, quiero informarles que nuestro compañero Mike se encuentra muy bien; su hija lo llevó a un fisioterapeuta particular, si no, ahí estuviera en el hospital todavía... Le montaron el hombro y le pusieron un cabestrillo, gracias a Dios no pasó a más, esperemos que el sábado este de nuevo con nosotros... porque si no, tarjeta amarilla, no estamos aguantando nada con respecto a las ausencias injustificadas.
Buena cantidad de cleteros llegamos este sábado, digase: Mena, Valerio, Christian, Kenneth, Johnny, Andres, Juan Pablo, Svein, Mike, Pepe, Abellan, Mau, Luis, Orozco y yo. Según nosotros, ibamos para Rancho Macho, Tabarcia, el Tajo, Alto de los Indios, Ciudad Colón, Heredia, un ride que se las trae por su kilometraje y rudeza.
Ya listos jalamos, de Heredia a Río Oro, apenas para calentar piernas. Aquí hicimos la 1 parada de rigor para abastecernos, se da la primera novedad; llegamos todos menos Luis. Alguién dijo que saliendo no más del Hiper sufrió un problema con la cleta, como es lógico lo dimos por perdido en batalla.
Ahora sí señores, empieza el ride, empieza lo bueno, empieza el trepón duro. Cada uno a su ritmo, haciendo lo que se puede para no quedarse descolgado, viene la parte más ruda, el trepón de cemento, qué pared más hijue"$%&puta, talón de Aquiles para muchos. Todos lo intentamos, pero pocos lo suben, aquí Mena sufre un caída ridícula.....
Después de semejante pichazeada logramos llegar a Pabellones, aquí una parada para reagruparnos, no todos llegan, al doc Abellan no lo volvimos a ver, Johnny y Cristhian venian un poco atrasados, pero sabíamos que en cualquier momento aparecían.
De verdad que el diablo de un momento a otro aparece, estabamos esperando a los rezagados, cuando alguien dice..... que rico una birra, para qué lo dijo, de una vez pasamos a la soda-cantina-piscina llamada "Targua".... empieza la tomatinga, birras por cajas iban y venian, precisamente estabamos en eso - oh sorpresa! aparece Luis, el compa que habíamos dado por perdido en el Hiper.. grata sorpresa.
Mientras degustabamos de las maltas, los compas de Johnny y Christian, lástimosamente pasan de largo, por omisión o error nunca lo sabremos, no quedó más que seguir con la hidratación, el despiche y relajo que se armó...cómo vacilamos, en escencia de eso se trata.
Ahora sí señores, llegó la hora de la partida, a la mierda el ride planeado, no nos quedó más que devolvernos, porque las horas se habían ido volando y no había tiempo para terminar el ride.....qué cáscara de cabrones. Viene la bajada, rápida, peligrosa y traicionera como pocas, desgraciadamente esta vez le tocó a Mike sufrir una aparatosa caída en la parte de cemento, tuvo un pinchazo en la llanta delantera, perdió el control y al suelo, sufriendo una dislocación en el hombro.
Gracias a un señor que lo sacó en su Jeep hasta la Cruz Roja de Santa Ana, donde lógicamente le hicimos compañía por apoyo moral y resolver la situación. Después de semejante susto, los demás continuamos, empiezan los pichazos hasta la Aurora, aquí la vara se calma para reagruparnos por última vez, algunos venían con las boquillas abiertas todavía, por lo tanto buscaron seguir hidratandose a base de lúpulo, los que quedamos seguimos para la casa y - oh! otra sorpresa.....alcanzamos a los que en Pabellones pasaron de largo, llámese Johnny y Christian.. en buena hora para terminar el ride como la ley manda; todos juntos.
Ya la historia estaba escrita, llegando a Heredia cansados, pero felices con 48 km en las piernas....y hasta la próxima aventura ciclística...sin birras para poder terminar el ride....jajaja
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