domingo, 4 de octubre de 2009

Pre-Ruta Tres Ríos - Turrialba
+Turrialba - Pejivalle - Turrialba


Sábado: Pre-Ruta; Tercer día de la ruta de los conquistadores,
Tres Ríos - Turrialba, 85 km

Los conquistadores españoles eran famosos por hacer las cosas de la manera más difícil; Colón buscó la ruta más larga posible, pasando por el fin del mundo, para poder ir a comprar pimienta en las Indias, y Juan de Cavallón gasto 20 años de su vida buscando la manera más complicada imaginable de llegar a Turrialba desde Terramall. Asi nos ha enseñado los libros de historia, y hoy podemos apreciar el esfuerzo de Juan de Cavallón siguiendo sus huellas en bicicleta.

Para terminar de complicarnos la vida, la organización de La Ruta decidió salir a las seis de la mañana, lo que para un pobre herediano implica levantarse antitos de las 4 am. Lleno de energía después de dormir tres horas enteras, prácticamente sin frenos (por un misterioso problema que varios ciclos han empeorado en vez de resolver), y con muchas ganas de subir algunas cuestillas, salí con el resto de los masoquistas (unos cien?) a las 06.38. Ya nadie se sorprende por ese tipo de demoras, pero igual hubiera preferido dormir 38 minutos extra a pasarlos haciendo feo en el parqueo de Terramall.

Hubo una cuestita al principio, una cuesta de 37 km para ser exacto. Bastante maravilloso, apenas para calentar. Al principio el cuerpo parecía discrepar de todo el proyecto ciclístico, pero después de unos kilómetros todo iba decentemente bien, y comenzaron a reaparecer algunas espaldas que otrora habían desaparecido en el horizonte, ahora más mojadas y dobladas que antes. Aunque no iba en modo competitivo, sino para conocer la zona y comer papas complementarias en los puestos de asistencia, me molesta un poco ver una espalda, tengo que pasarla, supongo que es algo compulsivo, como la gente que tiene que desinfectar la casa tres veces si ven a un pajarito en el jardín. En fin, estuve en ese plan hasta llegar al segundo puesto de asistencia, a los 3025 metros de altura. Aproveché para almorzar, papas y bananos; almuerzo gourmet. Mientras comía pasaron un par de compas que andaban como locos, parecía un ataque de la guerrilla; entraron, y dos segundos después ya no estaban ni ellos ni la mitad de la comida; hay que admirar la habilidad para hartar eficientemente, yo siempre duro lo mismo comiendo frutas que otros duran haciendo toda la carrera, pero diay, si pagué por la asistencia, que me asisten entonces. Salí bien asistido, eso sí, seguro fui el único en ganar peso haciendo la Pre-Ruta.

Después de la hartada seguía la bajada, primero un legítimo matatraseros, un pedregal increíble hasta llegar al Volcán Turrialba, y luego calle más o menos asfaltada. Me imagino que el MOPT solo tenía plata para asfaltar la mitad, pero en vez de asfaltar la mitad del trayecto bien, asfaltaron todo a lo chancho chingo, mitad asfalto, mitad hueco. Igual, como casi no tenía frenos jamás iba a bajar mamado, bajé tranquilo tomando fotos, saludando a las vacas y preguntando por direcciones. Tal vez sería bueno pintar algunas flechitas en un par de cruces por ahí, según entiendo se perdieron algunos preruteros. Pero bueno, la bajada hasta Turrialba es bastante divertida y sobre todo larga, y con vistas espectaculares.

Por ser la tercera etapa de "la competencia de mountain bike por etapas más fuerte del planeta" tal vez esperaba algo un poquillo más duro; aunque hay que subir una o dos cuestitas al principio, la mayor parte del ride es asfalto y/o bajadas, y haciendola a lo suave llegué bastante descansado después de 5:35 horas. Claro, dandole duro después de hacer las primeras dos etapas serían otros cien pesos, pero hacer eso me parece innecesario, doloroso y además muy caro, así que no lo voy a hacer. En otras palabras, me da miedo.
fuente: adventurerace.com

Domingo: Turrialba - Pejivalle - Turrialba, 50 km

Otra noche sin dormir bien, por haber investigado la vida nocturna de Turrialba junto con don Pablo, un nativo de la zona y además mala influencia. Nos levantamos a las 7, aunque no sin quejas, para ir a Pejivalle, donde supuestamente iba a aprender a kayakear en el río. En resumen, no tengo talento, después de un buen rato de intentar aprender el eskimo roll, me di por vencido y me mandé a los rápidos. Los primeros 20 segundos todo bien, después me volqué y hice un nuevo récord mundial en kayakeo al revez, con la jupa sumergida. Para rem(at)ar perdí el remo, un chunche con fibras de carbono y yo no se qué, vale como un millón de dólares y hay que conseguirle uno nuevo al pobre chiquito que me lo prestó. Salí limpio del río, eso sí. Mejor me quedo en tierra firme, usando medios de transporte civilizados, con ruedas y manivela y que no son máquinas de suicidio disfrazadas de juguete.
El ride en bici por supuesto estuvo excelente, nos fuimos por algunos de los trillos de MTB Reventazón, ahora sin presa, e hicimos un par de otros desvíos para hacerlo más interesante.
Para concluir, hubo cierta actividad durante el fin de semana, ahora lo único que hay es dolor.

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