Crónica de los lunes, por nuestro imán de mujeres de la zona, Ale
A mis queridas y queridos élites pura tuza, los de la vieja guardia estamos muy complacidos de que esten llegando caras nuevas y más aún con esas muñecas, aunque sean de maleficio pero muñecas al fin; ya nos hacía mucha falta unas cuantas féminas en el grupo, como estas jóvenes.
Llegando a la cita sabatina: Mónica, Yency, Evelyn, Walther, Orozco, Luis, Mau, Mike, Johnny, Svein, y este rico.
Después de la tertulia de rigor y algunas orinadas antes del ride, por algunas que no quiero decir sus nombres por aquello de la intimidad, decidimos jalar a hacer el ride de la Chaparra. Ya listos nos enrumbamos a nuestro destino, entramos por San Lorenzo, Sta. Bárbara, San Bosco, Finca de los Helechos, hasta aquí sin ninguna novedad, pero cuando ibamos subiendo por el cafetal hacia Pavas de Carrizal, salen un par de canes furibundos, mal amanzados, nunca pasaron por una escuela canina ni para vender salchichón, dignos de la eutanasia...me refiero a los dueños.
Se da un ataque frontal entre ciclistas y perros, al mejor estilo de las películas policiacas, perooo... tengo entendido que esos perros están entrenados para detectar alcohol en la sangre y aquí viene el desastre; la única victima del mortal ataque lo sufre Svein... No sabemos si fue que el viernes el noruego se echó algunas birras y los perros lo detectaron, o que querían probar carne noruega a ver a que sabía, pero lo que sí sabemos es que le hacen literalmente clavados los colmillos en una de sus piernas,dejandole un par de heridas profundas hasta hacerlo sangrar.
En Pavas, desertan Evelyn, Luis y Walther por motivos de trabajo, y Orozco por motivos de tostazón, los demás continuamos nuestro viaje hasta que llegamos a San Isidro de Alajuela, aquí la 1 parada técnica. Mientras todos comprabamos cocas, galletas e hidratantes, al pobre noruego no le quedó más que comprar una botellita de yodo con algodón y curarse las heridas, resultado de la batalla que mantuvo con los zaguates.
De nuevo a a la cleta, lo mejor estaba por venir; subir a Cerrillales. Qué trepón más hijue&%$puta, ni modo, a ponerle, pero todavía faltaba el más bravo; la subida de piedra suelta. Yo siempre lo he dicho, aquí el que sube, tiene que tener mucha pierna y técnica. Oh...sorpresa, Mónica se lo mandó todo...que bárbara esta fémina, de verdad que las mujeres lo sorprenden cada día más... Pero lo más preocupante era que Svein se nos fuera a convertir de un momento a otro en el hombre lobo noruego, después de la mordida...esta sería una versión nueva.
Hasta que al fín logramos llegar a los Cartagos, ahora si, señores: agarrensen porque viene una bajadota hasta San Bosco y después los odiosos columpios, cómo dijo Yency. Llegamos a Barva, aquí se queda Mónica, Yency pide grúa a la casa, Mau no aparece y aunque lo esperamos nunca llegó, no sabemos si pidio grúa también, y los demás para la casa.
Ya la historía estaba escrita, llegando a Heredia cansados pero felices con 52 km en las piernas. Y hasta la próx aventura ciclística.
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